No cabe duda que tener a un especialista como asesor es la mejor garantía de tranquilidad. Cuando uno sabe, por ejemplo, que el banquete de bodas está siendo organizado por un chef experto, o que el jefe de la policía es un perito competente y experimentado, puede dormir tranquilo, confiando en que todo saldrá a pedir de boca.
Por eso, y sobre todo en un país como el nuestro -que como es bien sabido es la encarnación del surrealismo- nada podría ser más adecuado y tranquilizador que saber que la Presidencia de la República cuenta con una asesora mística.
En efecto: un reportaje de Anabel Hernández publicado en La revista del diario El universal reveló hace poco que el nombre de esta insigne funcionaria es Rebeca Moreno Lara Barragán, y que está contratada como Directora de Logística de la Oficina de Apoyo a la Esposa del C. Presidente con un sueldo mensual bruto de 78 mil pesos.
La situación no debería extrañar a nadie. En todo caso, no hace sino mostrar la coherencia ideológica de quienes llegaron a ocupar la posición de “pareja presidencial” gracias a una campaña orquestada por el publicista Santiago Pando siguiendo los dictados de los “mayas galácticos” y las enseñanzas de la psicomagia de Alejandro Jodorowski.
Los especialistas
La red de expertos que asesoraron la campaña presidencial de Fox resulta notable: el propio Santiago Pando, Antonio Calvo, compositor y productor de teatro; Álex Slucki, “canalizador de ángeles”, y la mencionada Rebeca Moreno (quien según Anabel Hernández es conocida con el nombre de Kadoma Sing Ya, que significa “lo que está siempre vibrando”).
Quizá entre ellos el más conocido sea Pando, famoso no sólo por ser el creador de la campaña que condujo a la victoria el 2 de julio de 2000. Saltó a las primeras planas en 2002, cuando decidió renunciar al equipo foxista por órdenes de sus chamanes, quienes le anunciaron que “debía seguir la luz de los mayas galácticos y ser su vocero en la revolución de conciencias que ya se gesta en México”, según afirma Rodolfo Montes en un reportaje publicado en la revista Proceso en septiembre de ese año.
¿Quiénes son estos mayas galácticos? Unos “seres extraterrestres que desde hace mucho tiempo habitan en la Tierra”, reveló entonces Pando. Con semejantes guías, no es de extrañarse el gran éxito que tuvo la campaña foxista: la mejor prueba, contra todo lo que pudieran refutar los escépticos, que nunca faltan, es precisamente el triunfo del 2 de julio.
Aunque el discurso de este especialista podría parecer oscuro y hasta hueco o incoherente (“en nuestro país está ocurriendo la primera revolución, una implosión a nivel de conciencia, que tiene que ver más con el lado de la espiritualidad”), no cabe duda de que es un hombre que sabe de lo que habla. “Me estuvieron preparando hace mucho tiempo para esto. Recibo vibras. Oigo todo el tiempo voces. Son entes, son seres de luz. Al principio, no sabía qué era, pensaba que eran ideas que se me ocurrían, pero poco a poco fui dándome cuenta de que cuando siento un hormigueo y me duele aquí y siento muy caliente, es el momento en que cojo una pluma y me pongo a escribir, pues es cuando se quieren comunicar conmigo”. Podría sonar como un caso para el neurólogo, pero no: en esta ocasión, es claro que estamos ante un auténtico fenómeno de contacto con extraterrestres. Al menos, eso asegura Pando.
La versión de los místicos
Y es que, contra lo que uno pudiera suponer en esta época de avances vertiginosos de la ciencia y la tecnología, el pensamiento racional no ha logrado desbancar a otras formas de conocimiento. Pando lo expresa cuando habla de lo que viene: “es difícil explicarlo, porque justamente lo que se romperá es una lógica, un arquetipo, un paradigma y todo un sistema”.
¿Por qué suponer que el pensamiento racional es la única visión posible? Después de todo, sólo ha dado frutos tan importantes como nuestro sistema social de derecho, nuestras reglas de convivencia y de gobierno, nuestra visión de la justicia y los derechos humanos, amén de todo el aparato científico y tecnológico con que contamos en la actualidad (vacunas, transportes, telecomunicaciones, computadoras, edificios, medicamentos, métodos de diagnóstico, nuevos materiales... la lista es tan amplia como el horizonte que nos rodea cotidianamente). ¿Por qué no creer que también el mundo de los espíritus –en caso de que exista– puede ser fuente de conocimiento confiable?
Al menos Rebeca Moreno sí lo creyó. Y para ello entró en contacto con un personaje ya conocido para los lectores de Wow: el médium cubano Jorge Berroa, quien en el número 19 de nuestra revista sirvió como canal para llevar a cabo una divertida entrevista nada menos que con el mismísimo Mahatma Gandhi, con la que se inauguró la era del “periodismo esotérico”.
Habrá quien se niegue a creer en semejante posibilidad, pero a la hoy asesora presidencial Rebeca Moreno el médium Berroa le reveló que “ya antes, en otra vida había preparado el rescate de Ricardo Corazón de León”. Y a Antonio Calvo le dijo que “era un alma que venía de Orión a cumplir una misión en esta Tierra”.
Quizá lo que nuestro país necesitaba, precisamente, es un gobierno nuevo que lograra el necesario cambio: abandonar los caducos valores de la racionalidad y luchar, con el apoyo de ángeles, chamanes y espíritus del más allá galáctico, para lograr que México entre a una nueva era de luz. Es más, ¡quizá ya estamos en esa era luminosa, sólo que no hemos sido capaces de darnos cuenta!
La visión racional
Desgraciadamente, nunca falta el negrito en el arroz: los defensores del pensamiento racional. El que se basa en la lógica; el que pide razones y explicaciones, y que requiere una coherencia en los argumentos. Estos escépticos de lo sobrenatural insisten en la superioridad de su forma de ver el mundo. No en balde, dicen, la racionalidad es la modalidad de pensamiento que utilizan detectives, periodistas y científicos para hallar las respuestas más confiables a las preguntas que intentan contestar. Es también, idealmente, la base para tomar decisiones en una democracia (aunque, como nos demostró Pando, la realidad dista mucho de este ideal: las enseñanzas de los mayas galácticos, junto con una buena dosis de propaganda bien planeada, bastaron para ganar las elecciones).
Los escépticos son los eternos aguafiestas. Insisten en negar la posibilidad de que estemos siendo observados y asesorados por civilizaciones extraterrestres más antiguas y sabias que la nuestra. Se basan para ello en argumentos aparentemente sólidos, como las tremendas distancias, de miles de años luz, que nos separan incluso de las estrellas más cercanas. Su argumento –racional, por supuesto, y suponiendo en primer lugar que tales civilizaciones existen, que cuentan con una tecnología avanzada y que tienen interés en venir hasta acá –, es que un viaje desde tal lejanía requiere un gasto de energía más allá de lo imaginable. Además del tiempo necesario, que según nos enseña el doctor Einstein debe ser superior a la cifra en años luz que nos separan de ellos, pues nada puede superar la velocidad de la luz.
Pero claro, eso dicen ellos, los racionalistas. ¿Por qué no puede superarse la velocidad de la luz? ¿Por qué no podrían los extraterrestres contar con la energía necesaria y estar ahí, escondidos en sus platillos voladores, o bien aquí mismo, ocultos entre nosotros, asesorándonos como los niños que somos para conducirnos por el camino de la luz? ¿Sólo porque lo dijo Einstein?
¿Y usted qué opina?
En realidad se trata de un choque de cosmovisiones. Habrá quien prefiera limitarse a lo que podemos observar, medir y comprobar mediante la experimentación. Habrá quien opte por “sentir las vibraciones”.
La diferencia estriba en qué tan confiable sea la visión que ofrece cada una de estas formas de pensar. Los científicos, por ejemplo, a cambio de la poderosa herramienta de producción de conocimiento que manejan, se limitan a tomar en cuenta sólo explicaciones naturales, y se ven obligados a dejar fuera las sobrenaturales (si las aceptaran, no tendría caso realizar experimentos para comprobar las hipótesis que explican la naturaleza: cualquier explicación sería posible). A lo largo de la historia humana, ha sido esta capacidad de formular hipótesis sobre el mundo que nos rodea, y después someterlas a prueba para desechar las que no ofrezcan predicciones acertadas, la que ha permitido que la humanidad sobreviva con gran éxito y transforme el mundo para su beneficio.
La visión mística, en cambio, nos ofrece un mundo en que las cosas pueden cambiar simplemente porque nosotros así lo deseamos. Después de todo, entidades superiores, seres extraterrestres y presencias del más allá están ahí para ayudarnos.
Al margen de lo que cada uno opine, podemos estar seguros de que el rumbo de México está bien definido. Si la política racional no ha dado buenos resultados, quizá la asesoría de adivinos y guías espirituales nos pueda ayudar a superar el eterno bache nacional. Podemos respirar tranquilos: el futuro de la nación está en buenas manos. La vidente Rebeca Moreno asesora a la esposa del C. Presidente. Ella es, según la describió Santiago Pando en una entrevista radiofónica, “un faro que transmite energía distinta a la que tiene la gente cuando está atrapada en la razón”. Menos mal, porque si trata uno de usar la razón para analizar la situación del país, la verdad es que no se entiende nada.